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Familia con un miembro joven con discapacidad posando para una fotografía en un pequeño escenario de la obra Aladdín,Familia con un miembro joven con discapacidad posando para una fotografía en un pequeño escenario de la obra Aladdín,

El mundo ideal de Aladdín se comparte con la neurodiversidad

En un entorno controlado, sin luces estroboscópicas y con un audio moderado, la ciudad de Aladdín y Jasmín recibió a cientos de familias con algún integrante autista u otras condiciones de neurodiversidad.

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29 de agosto de 2022

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Ivett Rangel

El musical de Aladdín se iluminó de azul, y no por el color de su carismático Genio, sino porque este domingo (28 de agosto) se realizó en el Teatro Telcel una función relajada para personas con condiciones de neurodiversidad. 

Además de las solicitudes de Aladdín, esta vez el Genio recibió los deseos de la especial audiencia resguardados en una caja.

Y escuchó los tres deseos de Gerardo Gaya, presidente de la fundación Iluminemos por el Autismo, que se encargó de organizar esta función junto con Ocesa.

“Esta caja contiene muchos deseos, yo tengo tres, Genio: Una sociedad que acepte, respete y abrace la diversidad; inclusión con oportunidades para todos, y una seguridad social que nos acompañe en el diagnóstico y con las terapias. 

“Todo lo que vivimos como padres, buscándonos la vida prácticamente solos, pero no estamos solos, aquí estamos más de 350 familias que vivimos lo mismo. Mis deseos sobran, pero quería decirlos, y todos estos deseos son para ustedes (el elenco) como agradecimiento por haber hecho esto posible. Vivir esto con ustedes fue mágico. Gracias, de verdad gracias”, dijo Gerardo mientras dejaba la caja en manos de Aladdín. 

Palabras que conmovieron por igual a quienes se encontraban en el escenario como en las butacas. 

Visiblemente emocionada, Jasmín (interpretada por Irma Flores) habló en representación de los actores y las actrices a un teatro completamente lleno. 

“La energía que ustedes tienen y de la cual nos llenaron es indescriptible. ¡Vamos por la aceptación de todos!”, expresó entre lágrimas. El Genio la abrazó después.

A los productores, Julieta González, Jaime Matarredona y Morris Gilbert se les entregó un reconocimiento por su compromiso con las personas con autismo y otras condiciones de la neurodiversidad. Julieta, a su vez, reconoció que el domingo por la tarde se sintió en el teatro una vibra especial, como hace mucho no se sentía y auguró más funciones relajadas. 

Durante más de dos horas, parejas con niños menores de cinco años, hijas con sus madres adultas mayores y familias con hijos adolescentes y abuelos disfrutaron de un viaje con luces tenues y sonido moderado hasta la imaginaria ciudad de Agrabah, a orillas del río Jordán, donde existe el amor a primera vista, la amistad incondicional, la magia del desierto, los vuelos en alfombra y un Genio que ve mucha televisión dentro de su lámpara.

“Tiene un poco de ansiedad, pero sí la está disfrutando”, contó Erika Zuñiga durante el intermedio de la obra musical sobre su hijo con autismo, Eric Roberto. Al menor de 13 años le acompañaban, además de sus padres, sus abuelos, su tío y su prima.

“Tratamos de incluirlo en todo, pero a veces no salimos porque no hay tanta inclusión y tiene comportamientos no muy adecuados. Pero en este tipo de funciones podemos estar más tranquilos”. 

Para apoyar a las familias, la fundación Iluminemos por el Autismo contó con el apoyo de 25 voluntarios, los cuales se repartieron entre los dos pisos del teatro para atender cualquier situación. 

“La función estuvo genial. Gracias a las adaptaciones, al sonido y a las luces pudimos participar de esta situación. Todo estuvo muy controlado. 

“Se asustó un poco con los cohetes, solo eso. Todo lo demás, súper bien”, compartió Carmen Flores respecto a su hija con autismo, Laura José, de 14 años. 

Así, por unas horas, el domingo se iluminó para muchas familias. Y como cantara el Genio en algún momento del musical, se transformó en un mundo ideal que compartir. 

Por Ivett Rangel | Crédito de las fotografías: Ivett Rangel