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Olivia Colman y Sam Mendes conversando en la calle.Olivia Colman y Sam Mendes conversando en la calle.

«El imperio de la luz», la cinta que expone el trastorno bipolar

Sam Mendes, el director británico ganador de un Oscar, lleva a la pantalla una historia inspirada en la condición de salud mental con la que vivió su madre.

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12 de enero de 2023

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Teresa Peón y Nava

El director británico Sam Mendes da un giro a su carrera con «El imperio de la luz», su película más íntima y personal, inspirada en la batalla de su madre, la novelista Valerie Mendes, con un trastorno bipolar y ambientada en los años 80.

La cinta, que tiene como protagonista a la laureada actriz Olivia Colman, se estrenó esta semana en el Reino Unido y en próximas semanas lo hará en España. “No es un filme autobiográfico, pero sí engloba temas de su juventud que tenía ganas de contar”, aclara Mendes.

«El imperio de la luz» narra la historia de Hilary, una mujer con problemas de salud mental que trabaja en un antiguo y majestuoso cine de una población costera en el sur de Inglaterra. En su vida se cruza el joven Stephen (Micheal Ward), hijo de una inmigrante caribeña y que afronta sus propias dificultades, con quien entabla una atípica relación amorosa que les sostiene a ambos en momentos de fragilidad.

De trasfondo está el aumento de la intolerancia y el racismo en la época de la ex primera ministra conservadora Margaret Thatcher así como la posibilidad de evasión que para muchos ofrecía el cine -el «Empire» en este caso-, el otro gran puntal del relato.

Mendes, que ganó el Oscar en 1999 por «American Beauty» y suma más de 40 premios, explica que el germen de la película está en su niñez.

Crecí con una madre que tenía problemas de salud mental y Hilary, el personaje de Olivia (Colman), está algo basado en ella. Y el principio de los 80 fueron los años de mi adolescencia, cuando buscaba mi identidad, y la encontré principalmente a través de las películas y la música, y el escape que representaba el cine,

rememora.

«Todo eso está incluido. Supongo que quería encontrar una manera de contar esa historia que estaba en lo más profundo de mi pasado. Habiendo realizado algunas películas muy importantes que no eran tan personales, quería dedicar tiempo a hacer algo más pequeño y un poco más íntimo», afirma el director de «1917» y de dos entregas de James Bond.

Colman, tan relajada y amable como el director, confiesa que accedió a interpretar a esta heroína inglesa incluso antes de leer el guión.

«Cuando Sam me preguntó si lo haría, dije: ‘¡Sí!’. Y luego, al leerlo, me di cuenta de que, interpretando a Hilary, puedes encarnar casi todas las emociones humanas», dice.

«Desde el punto de vista de la actuación, fue un placer. Estaba escrita tan bellamente, con tanto amor, y se la presenta como una mujer valiente, lo cual me encantó. Y nunca había visto este tipo de personaje bipolar interpretado en la gran pantalla antes», prosigue.

La intérprete de Isabel II en la serie «The Crown» reconoce que fue «un regalo» contar con Mendes para guiarla en la compleja representación de un personaje bipolar.

«Él lo presenció directamente, se pasó su infancia observando con atención (a su madre) y aprendiendo a conocer las señales (…) La valiente subida (de la etapa maníaca), cuando era poderosa y elocuente, y luego la caída hacia abajo (con la depresión)», explica.

La actriz de 48 años confiesa con humor que no fue fácil abordar las escenas de sexo con la estrella rutilante que es Ward, de solo 25 años.

«Fue espantoso. Me dio mucha vergüenza, pero él estuvo genial, mucho más maduro que yo. Y tuvimos una maravillosa ‘coordinadora de intimidad’ que trajo Sam, llamado Ita O’Brien, con quien casualmente yo había estudiado teatro».

Colman revela que, al margen de la edad, las escenas de sexo siempre le dan «vergüenza»: «Me parece que estoy siendo infiel», se ruboriza.

La actriz incluso le pidió a Mendes si no podían eliminar las escenas sexuales de Hilary con Stephen y limitarlo a «un beso y luego salir fumando, como si ya hubiera sucedido».

Pero Mendes la convenció para que las hiciera, al considerar que «no eran gratuitas».

«En realidad, algunas eran más subidas de tono cuando las escribí, pero luego las atemperé», revela el director. «¡Gracias!», apostilla Colman en la entrevista conjunta que ofrecieron con motivo del estreno de la película.

El cineasta argumenta que estaba interesado en ver «su deseo físico» y «su vulnerabilidad» y señala que a veces el cine te lleva a lugares poco transitados. «Te da la oportunidad de mirar brevemente detrás de la cortina, ver lo que realmente está sucediendo», declara.

Por Redacción Yo También