Por Redacción Yo También
Solo 26 meses separan a habitantes de Santa María Aztahuacán del júbilo a la preocupación. En abril de 2019, la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, compartía en un tuit varias imágenes durante un recorrido que realizó por la Unidad Básica de Rehabilitación “Las Garzas”.
La funcionaria se mostraba más que feliz al conocer los servicios médicos y dentales, de terapia de lenguaje y los talleres de arte, pintura y manualidades.

Pero a finales de junio de este año todo cambió. Padres de familia de unos 200 niños, niñas y adolescentes con discapacidad empezaron a movilizarse para evitar que queden desprotegidos y sin el tratamiento especializado que requieren apenas pase la pandemia de COVID-19 y tengan oportunidad de retomar sus actividades cotidianas.
Esto, porque la unidad “Las Garzas” está próxima a cerrar para convertirse en un museo de sitio, debido a la decisión de las autoridades de la alcaldía, que no estuvieron disponibles para ofrecer mayor información.
Familiares y personas al cuidado de los menores, que en su mayoría tienen una discapacidad intelectual o motriz, se muestran preocupados ante el futuro de ese lugar que ha ofrecido servicios de rehabilitación a lo largo de 20 años.
“Aquí hay casi 200 niños que se quedarían sin ningún lugar adecuado para salir adelante; no estamos en contra de la cultura, solo queremos un lugar para nuestros niños”, dijo Alicia, madre de un alumno, durante una de las movilizaciones.
Madres y padres de familia están desconcertados por el proyecto de la Alcaldía Iztapalapa, ya que no les ha ofrecido ninguna alternativa para trasladar la unidad de rehabilitación a otro espacio. Por ello están pidiendo apoyo a la ciudadanía y de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Dicen que la alcaldesa Brugada se ha negado a dialogar con ellos.