Logotipo de Yo También
Fotografía que muestra dos manos de una persona con guantes de látex color negro sosteniendo una pipeta de laboratorio de color blanca, introduce un líquido de color transparente en un ´pequeño recipiente de vidrio en forma cónica. Detrás de ese plano en la fotografía se encuentra difuminada una persona con traje protector de color blanco, mascarilla de oxígeno de color azul y anteojos cuyos cristales son tornasol con subtonos de color amarillo.Fotografía que muestra dos manos de una persona con guantes de látex color negro sosteniendo una pipeta de laboratorio de color blanca, introduce un líquido de color transparente en un ´pequeño recipiente de vidrio en forma cónica. Detrás de ese plano en la fotografía se encuentra difuminada una persona con traje protector de color blanco, mascarilla de oxígeno de color azul y anteojos cuyos cristales son tornasol con subtonos de color amarillo.

Daño cerebral: una secuela del COVID 19 bajo el radar

La pérdida de memoria y la fatiga podrían ser consecuencia de las lesiones al cerebro que causa la COVID-19.

Ícono de calendario

19 de enero de 2022

Ícono de autor

Redacción Yo También

Por Redacción Yo También

Algunos pacientes recuperados de COVID-19 continúan con secuelas, incluso después de haber terminado la fase de enfermedad aguda. 

La variedad de las mismas es amplia, sin embargo, las relacionadas con el funcionamiento del cerebro incluyen dificultad para concentrarse, dolores de cabeza, tristeza o ansiedad, incluso delirios y cambios en el comportamiento. 

Para estudiar estas secuelas, la neuróloga Serena Spudich, de la Universidad de Yale, Estados Unidos, junto con otros colegas, estableció el Covid Mind Study, un área del departamento de neurología de la institución para estudiar el impacto de las infecciones virales en el cerebro, particularmente, la covid-19

Entre los trabajos que ha realizado Spudich, destaca uno publicado por la revista británica Nature, donde ella y su equipo descubrieron que el virus podría atacar directamente a ciertas células cerebrales, reducir el flujo sanguíneo al tejido cerebral o desencadenar la producción de moléculas inmunitarias que pueden dañar las células cerebrales, al mismo tiempo que se pregunta si es posible que una intervención temprana evite problemas a largo plazo en los pacientes recuperados.

De acuerdo con esta investigación, los síntomas neurológicos aparecieron en 80 por ciento de las personas hospitalizadas con COVID-19 que fueron analizadas. 

En un estudio paralelo, Arnold Kriegstein, neurólogo de la Universidad de California, señaló que los astrocitos infectados (células grandes que mantienen en su sitio a las células nerviosas) podrían explicar algunos de los síntomas neurológicos asociados con COVID-19, como fatiga, depresión y olvido.

El trabajo de Kriegstein (realizado junto con otros neurólogos) manifiesta la posibilidad de que ese tipo de síntomas no reflejen daño neuronal, pero sí puedan ser manifestaciones de otro tipo de disfunciones.

La duda es cuántas células cerebrales deben infectarse o dañarse para causar síntomas neurológicos, pues hasta ahora, las investigaciones realizadas alrededor del mundo coinciden en que el SARS-CoV-2 puede dañar el cerebro y el sistema nervioso, y provocar psicosis, parálisis y accidentes cerebrovasculares que, a menudo, son descubiertos demasiado tarde.