Por Redacción Yo También
Las clases de ciencia, y específicamente las de química, dejarán de ser un dolor de cabeza para estudiantes con ceguera o diversos grados de discapacidad visual gracias a la idea de algunos investigadores que crearon gomitas comestibles y no comestibles de modelos de moléculas que las y los alumnos pueden sentir con la lengua.
En algún punto de nuestras vidas, todas y todos hemos visto libros de ciencia con imágenes detalladas e impresionantes de las estructuras completas de las moléculas. Sin embargo, los y las estudiantes con discapacidad visual se habían perdido hasta ahora de conocer los detalles que ofrecen esas imágenes.
Un estudio recientemente publicado en Science Advances da cuenta de la historia del autor principal del estudio, Bryan Shaw, quien se inspiró en su hijo de 13 años, quien perdió un ojo debido al retinoblastoma -un cáncer que inicia en la retina-, para iniciar una investigación y experimentar con ese tipo de golosinas que permitirían a estudiantes ciegos aprender sobre las moléculas a través de las sensaciones táctiles en la boca.
Para el experimento, los científico crearon dos versiones de modelos en 3D del tamaño de un bocado: una, una versión comestible hecha con gelatina de consistencia parecida a los famosos “panditas” y, otra, una versión no comestible realizada con una resina no tóxica, que tiene un cordón que las y los alumnos sostienen con el dedo mientras sienten la estructura con la lengua.
Después, les pidieron a 281 estudiantes universitarios y a 31 de educación básica que identificaran los modelos de moléculas con sus lenguas.
Según los resultados, los participantes pudieron identificar las moléculas con una precisión del 85.59 por ciento. Además, 41% fue capaz de recordar la estructura gracias a que la sintieron en la boca frente a quienes solo la habían visto y sentido con la mano.
¿Cómo es la lengua tan eficaz para identificar estas estructuras moleculares?
Los investigadores destacan que la lengua está formada por muchos tejidos musculares empaquetados que se transfieren fácilmente entre áreas pequeñas, lo que permite a la persona examinar las complejidades de la molécula. Cuando la lengua detecta la composición, envía una señal al cerebro para crear una imagen visible.
Hasta ahora, la técnica típica utilizada para que estudiantes con ceguera se familiarizaran con el tema moléculas es mediante modelos de mano muy grandes, tanto como del tamaño de un bate de béisbol, que no siempre resultan prácticos de cargar y transportarlos. Incluso, muchas instituciones y familias ni siquiera pueden pagarlos.
A pesar de que este fue un experimento exitoso, es posible aún pase tiempo antes de ver estas “moléculas de caramelo” en el mercado. Sin embargo, sí es un hecho que estos dulces reducen las barreras que impiden la accesibilidad, al alentar los y las jóvenes con discapacidad visual a no tener miedo de la ciencia y explorar las oportunidades con confianza.